Desde un punto de vista cuantitativo, los estudios culturales ocupan sin duda un espacio menor. Sin embargo, los tres artículos aquí presentados dan cuenta de la variedad de perspectivas posibles dentro de este apartado. No solo abarcan estos estudios diferentes géneros literarios, sino que recorren diferentes épocas históricas, desde el renacimiento hasta nuestros días. Así, destaca la recepción de la obra de Shakespeare adaptada a los principios estéticos del siglo XVIII español, la aparición de un problema tan actual como la violencia doméstica en el teatro y el cine de mediados del siglo XX o la vinculación de posicionamientos contraculturales de la generación Beat en la música de Bod Dylan. Todos estos estudios exploran, pues, la relación entre las prácticas culturales, la vida diaria y los contextos históricos en los que se producen. Como suele ser habitual, gran parte de las contribuciones presentadas en este volumen se centran en el estudio del aprendizaje del inglés como segunda lengua, una de las principales preocupaciones del sistema educativo español en estos momentos, tanto en la etapa preuniversitaria como universitaria. Es lógico, por tanto, que estos jóvenes investigadores muestren interés por un asunto que atañe a un elevado número de estudiantes en la sociedad actual. Los estudios van desde el análisis de libros de texto utilizados en la enseñanza del inglés, para comprobar si estos textos adoptan correctamente las cuatro destrezas básicas (listening, speaking, speaking, writing) al aprendizaje de la lengua desde el punto de vista de una aproximación comunicativa, hasta la relación de la prosodia y la utilización de audífonos por parte de personas sordas o la percepción que tienen los estudiantes de la pronunciación del inglés. Como se ve, problemas muy cercanos a la realidad pedagógica. Las contribuciones literarias se centran exclusivamente en autores del siglo XX (incluida una adaptación al Londres actual de una obra de Shakespeare), pero recorren todos los géneros literarios, así como el cine. En general, estos estudios se fijan en obras concretas y las analizan desde perspectivas culturales, sociológicas o psicológicas. Podemos encontrar autores consagrados, como Theodore Roethke y Ted Hughes o escritoras más localistas, como la canadiense Jeannette Armstrong, y sobresalen miradas postmodernistas, tanto en el ámbito de la novela como del cine. En definitiva, se trata de una selección de artículos altamente prometedora, que supone un claro desafío al futuro de los Estudios Ingleses. Por todo ello, hay que felicitar a todos los participantes y, sobre todo, a los editores de este volumen, que han demostrado una enorme capacidad de trabajo y entusiasmo.

Desde un punto de vista cuantitativo, los estudios culturales ocupan sin duda un espacio menor. Sin embargo, los tres artículos aquí presentados dan cuenta de la variedad de perspectivas posibles dentro de este apartado. No solo abarcan estos estudios diferentes géneros literarios, sino que recorren diferentes épocas históricas, desde el renacimiento hasta nuestros días. Así, destaca la recepción de la obra de Shakespeare adaptada a los principios estéticos del siglo XVIII español, la aparición de un problema tan actual como la violencia doméstica en el teatro y el cine de mediados del siglo XX o la vinculación de posicionamientos contraculturales de la generación Beat en la música de Bod Dylan. Todos estos estudios exploran, pues, la relación entre las prácticas culturales, la vida diaria y los contextos históricos en los que se producen. Como suele ser habitual, gran parte de las contribuciones presentadas en este volumen se centran en el estudio del aprendizaje del inglés como segunda lengua, una de las principales preocupaciones del sistema educativo español en estos momentos, tanto en la etapa preuniversitaria como universitaria. Es lógico, por tanto, que estos jóvenes investigadores muestren interés por un asunto que atañe a un elevado número de estudiantes en la sociedad actual. Los estudios van desde el análisis de libros de texto utilizados en la enseñanza del inglés, para comprobar si estos textos adoptan correctamente las cuatro destrezas básicas (listening, speaking, speaking, writing) al aprendizaje de la lengua desde el punto de vista de una aproximación comunicativa, hasta la relación de la prosodia y la utilización de audífonos por parte de personas sordas o la percepción que tienen los estudiantes de la pronunciación del inglés. Como se ve, problemas muy cercanos a la realidad pedagógica. Las contribuciones literarias se centran exclusivamente en autores del siglo XX (incluida una adaptación al Londres actual de una obra de Shakespeare), pero recorren todos los géneros literarios, así como el cine. En general, estos estudios se fijan en obras concretas y las analizan desde perspectivas culturales, sociológicas o psicológicas. Podemos encontrar autores consagrados, como Theodore Roethke y Ted Hughes o escritoras más localistas, como la canadiense Jeannette Armstrong, y sobresalen miradas postmodernistas, tanto en el ámbito de la novela como del cine. En definitiva, se trata de una selección de artículos altamente prometedora, que supone un claro desafío al futuro de los Estudios Ingleses. Por todo ello, hay que felicitar a todos los participantes y, sobre todo, a los editores de este volumen, que han demostrado una enorme capacidad de trabajo y entusiasmo.

Desde un punto de vista cuantitativo, los estudios culturales ocupan sin duda un espacio menor. Sin embargo, los tres artículos aquí presentados dan cuenta de la variedad de perspectivas posibles dentro de este apartado. No solo abarcan estos estudios diferentes géneros literarios, sino que recorren diferentes épocas históricas, desde el renacimiento hasta nuestros días. Así, destaca la recepción de la obra de Shakespeare adaptada a los principios estéticos del siglo XVIII español, la aparición de un problema tan actual como la violencia doméstica en el teatro y el cine de mediados del siglo XX o la vinculación de posicionamientos contraculturales de la generación Beat en la música de Bod Dylan. Todos estos estudios exploran, pues, la relación entre las prácticas culturales, la vida diaria y los contextos históricos en los que se producen. Como suele ser habitual, gran parte de las contribuciones presentadas en este volumen se centran en el estudio del aprendizaje del inglés como segunda lengua, una de las principales preocupaciones del sistema educativo español en estos momentos, tanto en la etapa preuniversitaria como universitaria. Es lógico, por tanto, que estos jóvenes investigadores muestren interés por un asunto que atañe a un elevado número de estudiantes en la sociedad actual. Los estudios van desde el análisis de libros de texto utilizados en la enseñanza del inglés, para comprobar si estos textos adoptan correctamente las cuatro destrezas básicas (listening, speaking, speaking, writing) al aprendizaje de la lengua desde el punto de vista de una aproximación comunicativa, hasta la relación de la prosodia y la utilización de audífonos por parte de personas sordas o la percepción que tienen los estudiantes de la pronunciación del inglés. Como se ve, problemas muy cercanos a la realidad pedagógica. Las contribuciones literarias se centran exclusivamente en autores del siglo XX (incluida una adaptación al Londres actual de una obra de Shakespeare), pero recorren todos los géneros literarios, así como el cine. En general, estos estudios se fijan en obras concretas y las analizan desde perspectivas culturales, sociológicas o psicológicas. Podemos encontrar autores consagrados, como Theodore Roethke y Ted Hughes o escritoras más localistas, como la canadiense Jeannette Armstrong, y sobresalen miradas postmodernistas, tanto en el ámbito de la novela como del cine. En definitiva, se trata de una selección de artículos altamente prometedora, que supone un claro desafío al futuro de los Estudios Ingleses. Por todo ello, hay que felicitar a todos los participantes y, sobre todo, a los editores de este volumen, que han demostrado una enorme capacidad de trabajo y entusiasmo.

Desde un punto de vista cuantitativo, los estudios culturales ocupan sin duda un espacio menor. Sin embargo, los tres artículos aquí presentados dan cuenta de la variedad de perspectivas posibles dentro de este apartado. No solo abarcan estos estudios diferentes géneros literarios, sino que recorren diferentes épocas históricas, desde el renacimiento hasta nuestros días. Así, destaca la recepción de la obra de Shakespeare adaptada a los principios estéticos del siglo XVIII español, la aparición de un problema tan actual como la violencia doméstica en el teatro y el cine de mediados del siglo XX o la vinculación de posicionamientos contraculturales de la generación Beat en la música de Bod Dylan. Todos estos estudios exploran, pues, la relación entre las prácticas culturales, la vida diaria y los contextos históricos en los que se producen. Como suele ser habitual, gran parte de las contribuciones presentadas en este volumen se centran en el estudio del aprendizaje del inglés como segunda lengua, una de las principales preocupaciones del sistema educativo español en estos momentos, tanto en la etapa preuniversitaria como universitaria. Es lógico, por tanto, que estos jóvenes investigadores muestren interés por un asunto que atañe a un elevado número de estudiantes en la sociedad actual. Los estudios van desde el análisis de libros de texto utilizados en la enseñanza del inglés, para comprobar si estos textos adoptan correctamente las cuatro destrezas básicas (listening, speaking, speaking, writing) al aprendizaje de la lengua desde el punto de vista de una aproximación comunicativa, hasta la relación de la prosodia y la utilización de audífonos por parte de personas sordas o la percepción que tienen los estudiantes de la pronunciación del inglés. Como se ve, problemas muy cercanos a la realidad pedagógica. Las contribuciones literarias se centran exclusivamente en autores del siglo XX (incluida una adaptación al Londres actual de una obra de Shakespeare), pero recorren todos los géneros literarios, así como el cine. En general, estos estudios se fijan en obras concretas y las analizan desde perspectivas culturales, sociológicas o psicológicas. Podemos encontrar autores consagrados, como Theodore Roethke y Ted Hughes o escritoras más localistas, como la canadiense Jeannette Armstrong, y sobresalen miradas postmodernistas, tanto en el ámbito de la novela como del cine. En definitiva, se trata de una selección de artículos altamente prometedora, que supone un claro desafío al futuro de los Estudios Ingleses. Por todo ello, hay que felicitar a todos los participantes y, sobre todo, a los editores de este volumen, que han demostrado una enorme capacidad de trabajo y entusiasmo.

Desde un punto de vista cuantitativo, los estudios culturales ocupan sin duda un espacio menor. Sin embargo, los tres artículos aquí presentados dan cuenta de la variedad de perspectivas posibles dentro de este apartado. No solo abarcan estos estudios diferentes géneros literarios, sino que recorren diferentes épocas históricas, desde el renacimiento hasta nuestros días. Así, destaca la recepción de la obra de Shakespeare adaptada a los principios estéticos del siglo XVIII español, la aparición de un problema tan actual como la violencia doméstica en el teatro y el cine de mediados del siglo XX o la vinculación de posicionamientos contraculturales de la generación Beat en la música de Bod Dylan. Todos estos estudios exploran, pues, la relación entre las prácticas culturales, la vida diaria y los contextos históricos en los que se producen. Como suele ser habitual, gran parte de las contribuciones presentadas en este volumen se centran en el estudio del aprendizaje del inglés como segunda lengua, una de las principales preocupaciones del sistema educativo español en estos momentos, tanto en la etapa preuniversitaria como universitaria. Es lógico, por tanto, que estos jóvenes investigadores muestren interés por un asunto que atañe a un elevado número de estudiantes en la sociedad actual. Los estudios van desde el análisis de libros de texto utilizados en la enseñanza del inglés, para comprobar si estos textos adoptan correctamente las cuatro destrezas básicas (listening, speaking, speaking, writing) al aprendizaje de la lengua desde el punto de vista de una aproximación comunicativa, hasta la relación de la prosodia y la utilización de audífonos por parte de personas sordas o la percepción que tienen los estudiantes de la pronunciación del inglés. Como se ve, problemas muy cercanos a la realidad pedagógica. Las contribuciones literarias se centran exclusivamente en autores del siglo XX (incluida una adaptación al Londres actual de una obra de Shakespeare), pero recorren todos los géneros literarios, así como el cine. En general, estos estudios se fijan en obras concretas y las analizan desde perspectivas culturales, sociológicas o psicológicas. Podemos encontrar autores consagrados, como Theodore Roethke y Ted Hughes o escritoras más localistas, como la canadiense Jeannette Armstrong, y sobresalen miradas postmodernistas, tanto en el ámbito de la novela como del cine. En definitiva, se trata de una selección de artículos altamente prometedora, que supone un claro desafío al futuro de los Estudios Ingleses. Por todo ello, hay que felicitar a todos los participantes y, sobre todo, a los editores de este volumen, que han demostrado una enorme capacidad de trabajo y entusiasmo.

Desde un punto de vista cuantitativo, los estudios culturales ocupan sin duda un espacio menor. Sin embargo, los tres artículos aquí presentados dan cuenta de la variedad de perspectivas posibles dentro de este apartado. No solo abarcan estos estudios diferentes géneros literarios, sino que recorren diferentes épocas históricas, desde el renacimiento hasta nuestros días. Así, destaca la recepción de la obra de Shakespeare adaptada a los principios estéticos del siglo XVIII español, la aparición de un problema tan actual como la violencia doméstica en el teatro y el cine de mediados del siglo XX o la vinculación de posicionamientos contraculturales de la generación Beat en la música de Bod Dylan. Todos estos estudios exploran, pues, la relación entre las prácticas culturales, la vida diaria y los contextos históricos en los que se producen. Como suele ser habitual, gran parte de las contribuciones presentadas en este volumen se centran en el estudio del aprendizaje del inglés como segunda lengua, una de las principales preocupaciones del sistema educativo español en estos momentos, tanto en la etapa preuniversitaria como universitaria. Es lógico, por tanto, que estos jóvenes investigadores muestren interés por un asunto que atañe a un elevado número de estudiantes en la sociedad actual. Los estudios van desde el análisis de libros de texto utilizados en la enseñanza del inglés, para comprobar si estos textos adoptan correctamente las cuatro destrezas básicas (listening, speaking, speaking, writing) al aprendizaje de la lengua desde el punto de vista de una aproximación comunicativa, hasta la relación de la prosodia y la utilización de audífonos por parte de personas sordas o la percepción que tienen los estudiantes de la pronunciación del inglés. Como se ve, problemas muy cercanos a la realidad pedagógica. Las contribuciones literarias se centran exclusivamente en autores del siglo XX (incluida una adaptación al Londres actual de una obra de Shakespeare), pero recorren todos los géneros literarios, así como el cine. En general, estos estudios se fijan en obras concretas y las analizan desde perspectivas culturales, sociológicas o psicológicas. Podemos encontrar autores consagrados, como Theodore Roethke y Ted Hughes o escritoras más localistas, como la canadiense Jeannette Armstrong, y sobresalen miradas postmodernistas, tanto en el ámbito de la novela como del cine. En definitiva, se trata de una selección de artículos altamente prometedora, que supone un claro desafío al futuro de los Estudios Ingleses. Por todo ello, hay que felicitar a todos los participantes y, sobre todo, a los editores de este volumen, que han demostrado una enorme capacidad de trabajo y entusiasmo.

Desde un punto de vista cuantitativo, los estudios culturales ocupan sin duda un espacio menor. Sin embargo, los tres artículos aquí presentados dan cuenta de la variedad de perspectivas posibles dentro de este apartado. No solo abarcan estos estudios diferentes géneros literarios, sino que recorren diferentes épocas históricas, desde el renacimiento hasta nuestros días. Así, destaca la recepción de la obra de Shakespeare adaptada a los principios estéticos del siglo XVIII español, la aparición de un problema tan actual como la violencia doméstica en el teatro y el cine de mediados del siglo XX o la vinculación de posicionamientos contraculturales de la generación Beat en la música de Bod Dylan. Todos estos estudios exploran, pues, la relación entre las prácticas culturales, la vida diaria y los contextos históricos en los que se producen. Como suele ser habitual, gran parte de las contribuciones presentadas en este volumen se centran en el estudio del aprendizaje del inglés como segunda lengua, una de las principales preocupaciones del sistema educativo español en estos momentos, tanto en la etapa preuniversitaria como universitaria. Es lógico, por tanto, que estos jóvenes investigadores muestren interés por un asunto que atañe a un elevado número de estudiantes en la sociedad actual. Los estudios van desde el análisis de libros de texto utilizados en la enseñanza del inglés, para comprobar si estos textos adoptan correctamente las cuatro destrezas básicas (listening, speaking, speaking, writing) al aprendizaje de la lengua desde el punto de vista de una aproximación comunicativa, hasta la relación de la prosodia y la utilización de audífonos por parte de personas sordas o la percepción que tienen los estudiantes de la pronunciación del inglés. Como se ve, problemas muy cercanos a la realidad pedagógica. Las contribuciones literarias se centran exclusivamente en autores del siglo XX (incluida una adaptación al Londres actual de una obra de Shakespeare), pero recorren todos los géneros literarios, así como el cine. En general, estos estudios se fijan en obras concretas y las analizan desde perspectivas culturales, sociológicas o psicológicas. Podemos encontrar autores consagrados, como Theodore Roethke y Ted Hughes o escritoras más localistas, como la canadiense Jeannette Armstrong, y sobresalen miradas postmodernistas, tanto en el ámbito de la novela como del cine. En definitiva, se trata de una selección de artículos altamente prometedora, que supone un claro desafío al futuro de los Estudios Ingleses. Por todo ello, hay que felicitar a todos los participantes y, sobre todo, a los editores de este volumen, que han demostrado una enorme capacidad de trabajo y entusiasmo.

Desde un punto de vista cuantitativo, los estudios culturales ocupan sin duda un espacio menor. Sin embargo, los tres artículos aquí presentados dan cuenta de la variedad de perspectivas posibles dentro de este apartado. No solo abarcan estos estudios diferentes géneros literarios, sino que recorren diferentes épocas históricas, desde el renacimiento hasta nuestros días. Así, destaca la recepción de la obra de Shakespeare adaptada a los principios estéticos del siglo XVIII español, la aparición de un problema tan actual como la violencia doméstica en el teatro y el cine de mediados del siglo XX o la vinculación de posicionamientos contraculturales de la generación Beat en la música de Bod Dylan. Todos estos estudios exploran, pues, la relación entre las prácticas culturales, la vida diaria y los contextos históricos en los que se producen. Como suele ser habitual, gran parte de las contribuciones presentadas en este volumen se centran en el estudio del aprendizaje del inglés como segunda lengua, una de las principales preocupaciones del sistema educativo español en estos momentos, tanto en la etapa preuniversitaria como universitaria. Es lógico, por tanto, que estos jóvenes investigadores muestren interés por un asunto que atañe a un elevado número de estudiantes en la sociedad actual. Los estudios van desde el análisis de libros de texto utilizados en la enseñanza del inglés, para comprobar si estos textos adoptan correctamente las cuatro destrezas básicas (listening, speaking, speaking, writing) al aprendizaje de la lengua desde el punto de vista de una aproximación comunicativa, hasta la relación de la prosodia y la utilización de audífonos por parte de personas sordas o la percepción que tienen los estudiantes de la pronunciación del inglés. Como se ve, problemas muy cercanos a la realidad pedagógica. Las contribuciones literarias se centran exclusivamente en autores del siglo XX (incluida una adaptación al Londres actual de una obra de Shakespeare), pero recorren todos los géneros literarios, así como el cine. En general, estos estudios se fijan en obras concretas y las analizan desde perspectivas culturales, sociológicas o psicológicas. Podemos encontrar autores consagrados, como Theodore Roethke y Ted Hughes o escritoras más localistas, como la canadiense Jeannette Armstrong, y sobresalen miradas postmodernistas, tanto en el ámbito de la novela como del cine. En definitiva, se trata de una selección de artículos altamente prometedora, que supone un claro desafío al futuro de los Estudios Ingleses. Por todo ello, hay que felicitar a todos los participantes y, sobre todo, a los editores de este volumen, que han demostrado una enorme capacidad de trabajo y entusiasmo.

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Desde un punto de vista cuantitativo, los estudios culturales ocupan sin duda un espacio menor. Sin embargo, los tres artículos aquí presentados dan cuenta de la variedad de perspectivas posibles dentro de este apartado. No solo abarcan estos estudios diferentes géneros literarios, sino que recorren diferentes épocas históricas, desde el renacimiento hasta nuestros días. Así, destaca la recepción de la obra de Shakespeare adaptada a los principios estéticos del siglo XVIII español, la aparición de un problema tan actual como la violencia doméstica en el teatro y el cine de mediados del siglo XX o la vinculación de posicionamientos contraculturales de la generación Beat en la música de Bod Dylan. Todos estos estudios exploran, pues, la relación entre las prácticas culturales, la vida diaria y los contextos históricos en los que se producen. Como suele ser habitual, gran parte de las contribuciones presentadas en este volumen se centran en el estudio del aprendizaje del inglés como segunda lengua, una de las principales preocupaciones del sistema educativo español en estos momentos, tanto en la etapa preuniversitaria como universitaria. Es lógico, por tanto, que estos jóvenes investigadores muestren interés por un asunto que atañe a un elevado número de estudiantes en la sociedad actual. Los estudios van desde el análisis de libros de texto utilizados en la enseñanza del inglés, para comprobar si estos textos adoptan correctamente las cuatro destrezas básicas (listening, speaking, speaking, writing) al aprendizaje de la lengua desde el punto de vista de una aproximación comunicativa, hasta la relación de la prosodia y la utilización de audífonos por parte de personas sordas o la percepción que tienen los estudiantes de la pronunciación del inglés. Como se ve, problemas muy cercanos a la realidad pedagógica. Las contribuciones literarias se centran exclusivamente en autores del siglo XX (incluida una adaptación al Londres actual de una obra de Shakespeare), pero recorren todos los géneros literarios, así como el cine. En general, estos estudios se fijan en obras concretas y las analizan desde perspectivas culturales, sociológicas o psicológicas. Podemos encontrar autores consagrados, como Theodore Roethke y Ted Hughes o escritoras más localistas, como la canadiense Jeannette Armstrong, y sobresalen miradas postmodernistas, tanto en el ámbito de la novela como del cine. En definitiva, se trata de una selección de artículos altamente prometedora, que supone un claro desafío al futuro de los Estudios Ingleses. Por todo ello, hay que felicitar a todos los participantes y, sobre todo, a los editores de este volumen, que han demostrado una enorme capacidad de trabajo y entusiasmo.